17.2.11

PARÁBOLA DEL PERFECTO DESCABEZADO

Cortaré mi cabeza feraz
inseminada de galaxias
y con ella, deleitoso, rodaré
sobre un campo de dudas
de donde brotará un lozano roble
que dejaré crecer sin tacha
sólo para talarlo.
Con la leña del árbol caído
asaré a fuego lento
el resto de mi cuerpo,
que en perversa ceremonia
ofreceré a las Moiras
como un manjar celestial
que entre múltiples orgasmos
excretarán convertido
en una melodía irresistible,
ladrona de la razón,
de todo aquel que la escuche.
Ebrios danzarán
hasta el desmayo
de amor y de muerte
los privilegiados,
pero al volver en sí
no concebirán más deseo
que un sagrado furor
de arrancarse las cabezas
y sembrarlas de inmediato
en un campo de dudas
de donde brotarán lozanos robles
que dejaré crecer sin tacha
sólo para talarlos.


14.2.11

CENIZAS

Hacer brotar del folio
un lago de rosas
con pétalos de ceniza
y púas clavadas
sobre su propio tallo.
Hacer un ataúd de saliva
para disolverme
coronado de flores que tosan
mientras se abren.
Mirar la tierra sin saber
que sólo es mierda,
un cadáver descomunal
escenario de fantasmas.
Mirar al cielo sin adivinar
una cúpula de llantos,
legañas de volumen galáctico,
radiaciones peregrinas que perturban
para esculpir la dureza
de una lágrima
con los paisajes locos
y la sangre evaporada
de la belleza que murió de bella.


3.2.11

DEVENIR DESECHABLE

A S. G. L. mientras arda el sol en este infierno


Querida,
no descarto nada
para conquistarte,
pero antes debo morir;
será solo un rodeo,
no te preocupes,
yo soy así.
Hundiré mis garras
en la carne castigada
de mis sueños;
con sus despojos
afilaré mi ingenio,
y después haré una cuña
de tan feroces conceptos
que el mundo entero
reventará para ti.
Al fin podré fundir
sus enigmas
alrededor de tu cuello;
no lo cuentes,
será nuestro secreto,
pero antes del silencio
probaré tus labios
porque debo morir.