25.10.16

A LA BREVEDAD DE LA VIDA, soneto de Antonio de Solís y Rivadeneyra

A Valen, un hombre como un pueblo que hoy nos turba en la tierra donde el cauce de su reino se ha perdido

El curso de los años repetido
gasta la edad con natural violencia;
y el tardo amanecer de la prudencia
conoce el tiempo cuando lo ha perdido.

La mitad fue del sueño y del olvido;
la otra mitad, o error o negligencia;
mas, ¡oh vivir!, dificultosa ciencia,
¿quién en toda una vida te ha sabido?

Duran los días, ¿pero quién percibe
su duración, si es menos inconstante
la intrepidez de nuestra fantasía?

¿O qué importa el durar, si sólo vive
el que sabe acertar aquel instante,
principio y siempre del eterno día?